INTRODUCCION
Originalmente los libros de 1 y 2 Reyes formaron una unidad en las versiones en Hebreo y hasta la traducción de la Septuaginta en griego. De allí que en la Vulgata aparecen los dos libros divididos. El motivo de la división fue para facilitar la referencia, una práctica común entre los griegos de Alejandría. Hay evidencias internas que corroboran la unidad de los dos libros. No hay ninguna separación o división de la narración entre los dos. Los dos libros nos facilitan una historia de los últimos días de David y de los reinados de Salomón y los varios reyes de Israel hasta su destrucción en el 722 a. de J.C. y de Judá en el 586 a. de J.C. A la vez relatan las varias actividades de los profetas que figuraban en la historia del pueblo escogido. El título asignado simplemente se refiere al tema céntrico, los reyes de estos siglos. En la LXX el título aparece traducido como “reinos” o “reinados”, pero el sentido es igual.
El libro se refiere a tres fuentes principales que utilizó el autor para redactar la historia de los reyes. Eran: Los hechos de Salomón, el libro de las crónicas de los reyes de Israel y el libro de las crónicas de los reyes de Judá (1 Rey. 11:41; 2 Rey. 1:18; 8:23).
I. EL PROPÓSITO DEL LIBRO
El propósito del autor fue elaborar la historia de los reinos dentro del contexto de la providencia divina, por eso aparecen los acontecimientos religiosos tanto como los hechos seculares. El autor tomó en cuenta el hecho de que las naciones experimentaron sus altibajos dentro de una convicción en que, al fin y al cabo, Dios estaba en control del destino de cada nación y rey. El autor tuvo celo para comentar sobre los efectos de las acciones de cada rey en relación con Dios y sus mandamientos. Por eso, encontramos el resumen de las actividades de cada rey con las palabras:“E hizo lo malo (o lo bueno)ante los ojos de Jehová”. Los reyes se evaluaron, no por sus capacidades civiles ni seculares, ni por sus relaciones con los ciudadanos, sino desde la perspectiva del Rey supremo y las leyes establecidas en forma sobrenatural por medio de Moisés. El autor quería demostrar cómo en la historia la prosperidad o la caída de naciones, tanto el fervor espiritual o el menoscabo moral y espiritual, se debía al grado de la fidelidad del rey en obedecer las leyes de Dios y de reconocer a Dios como el Autor de la prosperidad o de la caída. Relató el hecho de que los sufrimientos del pueblo se atribuían al juicio de Dios por la desobediencia de los líderes y de los ciudadanos.
II. LA FECHA DE 2 REYES
El contenido de 2 Reyes nos da la clave para fijar la fecha en que fue escrito. Suponiendo que había un solo autor del libro, es necesario establecer la fecha después del 561 a. de J.C., fecha en que el autor comenta que Evil-merodac, rey de Babilonia, indultó a Joaquín y lo sacó de la cárcel (2 Rey. 25:27).
El trabajo del autor se llevó a cabo antes del 538 a. de J.C., puesto que en ese año Zorobabel principió el retorno de los cautivos de Babilonia a Jerusalén. Seguramente el autor de 2 Reyes hubiera mencionado un acto tan importante en sus escritos. Este hecho nos ayuda a concluir que el autor del libro vivió durante el cautiverio, cuando los judíos fueron llevados a Babilonia después de la destrucción de Jerusalén y la desintegración de la nación de Judá.
III. EL AUTOR DE 2 REYES
Hay varias teorías en cuanto a la identificación del autor de Reyes. Una opinión antigua proponía que había una pluralidad de autores, cada uno contemporáneo con los varios reyes de Israel y Judá, y que posteriormente otros juntaron todos los relatos históricos de lo que abarca 1 y 2 Samuel y 1 y 2 Reyes en un solo rollo, incluyendo los últimos hechos históricos de la destrucción de Jerusalén y el destierro hasta Babilonia.
Otra opinión, que surgía de la tradición judía, identificaba a Jeremías como el autor de 1 y 2 Reyes; el Talmud (colección de tradiciones rabínicas) propone esta teoría. Uno puede notar la similitud entre Jeremías 52, sobre la caída de Jerusalén, y 2 Reyes 24 y 25. Havernick, mayor proponente de este punto de vista, compuso una lista de palabras y expresiones que son similares en los dos escritos. Bahr sugirió que la similitud de expresiones se debe al hecho de que el autor fue discípulo de Jeremías. Si Jeremías fue el autor del libro, tuvo que vivir más que 80 años, porque Jeremías fue contemporáneo de Josías. Los que aceptan este punto de vista insisten que Jeremías pudo haber escrito la mayor parte de los dos libros durante los años de su actuación como profeta, y que los últimos datos relacionados con Babilonia pudieron haber sido escritos cuando era viejo o por personas en Babilonia que conocían los hechos relacionados con Evil-merodac.
Es interesante que el profeta Jeremías no se menciona en 2 Reyes, aunque sabemos que él estaba muy activo en determinar los hechos relacionados con la historia de los últimos años de Jerusalén.
Posteriormente surgió otra teoría, propuesta por Martín Noth y otros, en la cual se expresó la opinión de que un solo autor que vivía en la época del cautiverio en Babilonia fue el escritor principal del libro. Seguramente tenía acceso a documentos escritos y comentarios orales de otros con referencia a los varios reyes de Israel y Judá. No se sabe el nombre de tal autor, pero la teoría figura entre las más aceptables hoy. Es imposible identificar a ciencia cierta al autor del libro, de modo que queda entre los detalles por aclarar.
IV. LOS ÉNFASIS DE 2 REYES
1. Énfasis profético
En 2 Reyes 17:13 dice: “Jehová advertía a Israel y a Judá por medio de todos los profetas y de todos los videntes, diciendo: ‘Volveos de vuestros malos caminos y guardad mis mandamientos y mis estatutos, conforme a toda la ley que mandé a vuestros padres y que os envié por medio de mis siervos los profetas.’ ” En los dos libros de Reyes encontramos relatos extensos de las actividades de Elías, Eliseo e Isaías. Ellos pregonaron sobre la necesidad de recordar los mandamientos de Dios y llamaron al pueblo al arrepentimiento para evitar la destrucción. Desgraciadamente, sus palabras cayeron en oídos sordos en la mayoría de los casos; vemos el menoscabo moral y espiritual que resultó en la desintegración de Israel y Judá.
2. La condenación de las religiones falsas
La condenación de la idolatría es otro tema prominente en Reyes. Hay varias referencias a los reyes que no acabaron con los lugares altos para la adoración pagana. Varios de los reyes montaron batallas en contra de la idolatría, pero otros aceptaron la coexistencia de estos altares paganos. Manasés volvió a edificar los lugares altos que su padre Ezequías había destruido. Sacrificó a su propio hijo en uno de los altares donde quemaban seres humanos, y practicó la magia, la adivinación y el espiritismo (2 Rey. 21:6).
3. Cosmovisión teocéntrica de 2 Reyes
El autor de 2 Reyes resalta el punto de vista de que Dios estaba interesado en su pueblo. Desde el tiempo del pacto que hizo con Abraham, vemos este hilo en una forma marcada, ilustrado en las maneras milagrosas en que Dios intervino en varias ocasiones para preservar a su pueblo escogido. Los sacó de la esclavitud en Egipto. Los preservó en la conquista de la Palestina en los tiempos de Josué y en la repartición de la región entre las tribus. Los preservó milagrosamente de naciones enemigas más poderosas, tales como en la destrucción por Senaquerib cuando el pueblo esperaba la aniquilación. El autor de este libro relata el interés de Dios en que las naciones de Israel y Judá mantuviera su fidelidad espiritual hacia el Ser Supremo. Para el autor, todo lo que hicieron los varios reyes se podría filtrar en el prisma de la soberanía de Dios y su providencia, que obraba por encima de las decisiones humanas.
4. La reforma religiosa de la nación
Muchos creen que el libro fue escrito durante el reinado de Josías, cuando encontraron un rollo mientras estaban haciendo algunas reparaciones del templo. Al examinar el rollo descubrieron que contenía el texto de Deuteronomio. Al leer este libro, surgió un movimiento para reformar las prácticas religiosas de Judá. Por eso, mucho del libro de 2 Reyes contiene material que se asemeja a los énfasis de Deuteronomio. Puso énfasis en la necesidad de concentrar la adoración en un solo lugar, es decir, el templo en Jerusalén. El autor hace hincapié en el concepto de la retribución divina por los pecados que el pueblo había cometido y las recompensas de prosperidad, paz y longevidad para los que fueron fieles a las enseñanzas de Jehová.
5. La pertinencia del libro hoy
Hay varias enseñanzas que son pertinentes hoy en día. La importancia del monoteísmo se resalta en el libro. Este es un énfasis que hace falta hoy. Hay un número creciente de personas que aceptan el concepto de que hay varias religiones, y que no hay razón para insistir en que hay una sola religión verdadera. A la vez el sincretismo ha invadido la mentalidad de muchas personas. Aunque profesan creer en el Dios de la Biblia, en la práctica su dios es el poder, el materialismo o el placer.
El libro es fuerte en su condenación del pecado. Presenta una evaluación del reinado de cada rey, comentando que fue bueno o malo, de acuerdo a si el rey seguía los mandamientos de Dios o si se había apartado de ellos. Necesitamos un despertar moral y espiritual en nuestro día. Ha habido mucha liviandad al aceptar el pecado como algo natural y sin significado especial en nuestros días. A la vez muchos dicen que no hay importancia en el comportamiento moral de los líderes políticos; lo que es importante es su capacidad para gobernar con éxito.
El libro presenta la verdad de que Dios está listo para perdonar a los que se arrepienten y regresan a Dios. La enfermedad de Ezequías ilustra este hecho. Jehová le dijo que iba a morir, y que debía poner en orden su casa. Él volvió su cara hacia la pared, oró al Señor y lloró con gran llanto (2 Rey. 20:1–3). Dios lo sanó, le prometió otros quince años de vida y prometió protección de los asirios. Todo esto nos ilustra el hecho de que Dios está listo para escuchar nuestras confesiones de pecado y restaurarnos a una relación íntima con él.
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