INTRODUCCIÓN
AUTOR
El nombre Abdías (ovadhyah) significa “siervo de Jehová”. Este nombre expresa el carácter de la persona que lo lleva, siguiendo así la costumbre del Medio Oriente de poner en un nombre el deseo particular de los padres.
Abdías era un nombre común en el AT, así encontramos muchas referencias con este nombre: (1) el mayordomo del palacio de Acab, 1 Reyes 18:3–16; (2) un descendiente de David, 1 Crónicas 3:21; (3) un descendiente de Isacar, 1 Crónicas 7:3; (4) uno de los seis hijos de Azel, un benjamita, 1 Crónicas 8:38; 9:44; (5) un levita que regresó temprano del cautiverio, 1 Crónicas 9:16; (6) uno de los guerreros gaditas que se unieron a David en el desierto, 1 Crónicas 12:9; (7) un funcionario enviado por Josafat para enseñar la ley de Jehová, 2 Crónicas 17:7; (8) un levita supervisor de la reparación del templo, 2 Crónicas 34:12; (9) uno de los sacerdotes que firmaron el compromiso de guardar la ley junto con Nehemías, Nehemías 10:5. Sin embargo, no hay cómo identificar a ninguno de ellos como el autor de este libro.
No hay referencias personales en el libro de Abdías sobre su autor ni tampoco datos como para inferir sobre este. Existe la tradición rabínica del Talmud de Babilonia (Sanedrín 39b) que identifica al autor del libro con el oficial del palacio del reino del norte en el tiempo del rey Acab (1 Rey. 18:3–16), que también asistió al profeta Elías. Sin embargo, la identificación con el profeta no puede ser establecida ya que no hay evidencia de que el escritor haya sido un profeta, además de los serios problemas cronológicos que esa identificación genera. Tampoco se puede identificar a Abdías con el capitán del rey Ocozías (2 Rey. 1:13–15) a pesar de los intentos del Seudo-Epifanio en el libro “La vida de los profetas”. No obstante, debido a que el libro de Abdías esta focalizado sobre Jerusalén, es posible que el profeta que escribió haya sido un judío, así como también el redactor final del libro.
SOBRE EL LIBRO
El libro de Abdías es el más corto del AT y se encuentra en la Biblia Hebrea (Texto Masorético) entre Amós y Jonás. Es posible que dicho orden en la Biblia Hebrea sea por la mención de la posesión de Edom en Amós 9:11, 12, que es el tema de Abdías. Allí aparece la imagen de la restauración del reino davídico y su posesión del remanente de Edom, presentando un oráculo que llama al remanente exiliado de Israel a disponer de Edom por su traición a Jerusalén. En la Septuaginta el libro de Abdías aparece entre Joel y Jonás. En esta versión, antes de Joel vienen Oseas, Amós y Miqueas que tratan del castigo del reino del norte de Israel como modelo para el eventual castigo de Jerusalén y Judá. Joel destaca las amenazas naturales y humanas de Jerusalén, para anunciar el juicio de Jehová a las naciones que amenazan a Jerusalén. Así Abdías menciona el castigo de Jerusalén específicamente en manos de Edom, y a la vez señala cuándo los exiliados de Israel y Jerusalén responderán a Edom por sus crímenes. Por otro lado Jonás, que trata con un enemigo más fuerte como Asiria, muestra que este puede arrepentirse ya que Dios les da la oportunidad de hacerlo.
Haciendo un análisis literario del libro podemos decir que hay una unidad temática que corre desde los vv. 1–14 y 15b, que es la destrucción total de Edom por su maldad hacia su hermano Jacob; los versículos 2–9 hablan de la advertencia a Edom, el fundamento de su destrucción y cuán fulminante será dicha destrucción. Los versículos 10–14 y 15b describen cuán grande fue la maldad de Edom y por eso su juicio. Por otro lado, los versículos 15a y 16–21 están orientados escatológicamente hacia el “día de Jehová”, con el juicio a todas las naciones y la restauración de Judá; los versículos 15a y 16–18 se refieren al “día de Jehová” en relación a Edom, Israel y las naciones. Los versículos 19–21, que aparecen como un apéndice en prosa, se refieren a las reposesiones geográficas de Israel y Judá como obra del “reino de Dios”.
Abdías evidencia un parentesco con los libros de Joel y Jeremías. Abdías y Joel están estrechamente relacionados: (1) Abdías 11, comp. Joel 3:3; (2) Abdías 15, comp. Joel 1:15; (3) Abdías 16, comp. Joel 3:17; (4) Abdías 18, comp. Joel 2:5. Además de Joel 2:32 que cita a Abdías 17 como palabra de Dios. Asimismo, estos dos libros utilizando los momentos en la experiencia histórica de Edom y Judá, introducen y destacan la idea común del “día de Jehová” (Abdías 17, comp. Joel 2:32), como el día en que las naciones serán juzgadas.
Abdías y Jeremías 49:7–16 también están estrechamente relacionados en ideas y frases: (1) Abdías 1, comp. Jeremías 49:14. (2) Abdías 2, comp. Jeremías 49:15. (3) Abdías 3, comp. Jeremías 49:16. (4) Abdías 4, comp. Jeremías 49:16. (5) Abdías 5, comp. Jeremías 49:9. Hay dos temas ausentes en Jeremías que están presentes en Abdías y que marcan la diferencia entre ambos libros: (1) el “día de Jehová”, y (2) la “restauración de Israel”.
El libro de Abdías se encuentra dentro del género profético. Aquí encontramos sentencias breves, el estilo conciso, el lenguaje poético y el apoyo en Jehová, mediante la fórmula del mensajero: “Jehová el Señor ha dicho” y el uso del llamado “perfecto profético”, donde el futuro es tan cierto que el profeta lo expresa como ya realizado. La forma literaria es de sentencia con dos sentidos: (1) desgracia y (2) salvación. En el caso de Abdías encontramos desgracia para Edom y salvación para Israel y Judá.
Los relatos del antagonismo entre los israelitas y edomitas encuentran su base en Génesis capítulos 25 a 36, representados en los hermanos gemelos Jacob y Esaú. Una tradición expuesta con base en Génesis 25:22s, intenta legitimar el señorío de los israelitas sobre los edomitas. Mientras que otra tradición expuesta con base en Deuteronomio 23:7, 8 abre las puertas a un trato de hermandad entre israelitas y edomitas. Números 20:14–21 registra este antagonismo diciendo que cuando Moisés quería llevar a los hijos de Israel por el norte de la tierra de Edom, los edomitas se lo impidieron (Deut. 2:1–18). Este antagonismo continuó después del establecimiento en Canaán (2 Sam. 8:14; 2 Rey. 14:7; 2 Crón. 28:17). Los profetas también expresaron este antagonismo en oráculos antiedomitas tal como se los ve en Isaías 34:5; Jeremías 49:7–22; Lamentaciones 4:21, 22; Ezequiel 25:12–14; 35; Joel 3:19; Amós 1:11 ss., debido a su nacionalismo. Inclusive en los escritos rabínicos, “Edom” es un código para referirse al enemigo. Esta tradición israelita representa en Edom al mundo hostil que se opone a los propósitos divinos (Isa. 63:1–6), pero que será derrotado en la era mesiánica (Isa. 34:8 ss.; Eze. 35). Este antagonismo se extiende hasta el Nuevo Testamento, con la representación de religiosidad en Jacob e irreligiosidad en Edom (Rom. 9:13; Heb. 12:16).
En la Biblia se usan varios nombres propios para referirse a Edom. Así Seir, la principal montaña de la tierra de Edom, es usada con frecuencia como sinónimo de toda la tierra de Edom. Temán, la parte sur de Edom, también es usada a veces como sinónimo de toda la tierra de Edom. Bosra y Sela (roca) son las dos principales ciudades de Edom. Sela es identificada con Umm el-Bayyarah, la imponente roca que domina el valle en el que la ciudad de Petra fue construida por los nabateos (siglo IV a. de J.C.).
El “día de Jehová” estaba relacionado en sus orígenes con las manifestaciones victoriosas de Jehová en favor de su pueblo Israel. Sin embargo, en los profetas el “día de Jehová” se torna en un día de castigo, de visita y cólera de Jehová en contra de su pueblo Israel (Joel 1:15; 2:1–11; Amós 5:18–20; Sof. 1:7; 14–18), pero también contra los enemigos de Israel (Isa. 13; Eze. 30:1–19). Sin embargo, en contextos de dominación extranjera, el tema vuelve a ser positivo para Israel (comp. Isa. 13:6–9 contra Babilonia y Eze. 30:2 contra Egipto). Ya en el Nuevo Testamento, el “día de Jehová” se ve en la visita escatológica de Dios (Luc. 1:68) y en la venida de Cristo (Mat. 24:36).
Estructuralmente podemos decir que el libro tiene tres partes, que abren y cierran los temas teológicos a tratar: (1) El versículo 1b comienza afirmando el Señorío de Jehová, y el versículo 21b cierra el libro con la misma idea. (2) El versículo 10, que está ubicado en el medio del libro, establece la razón principal de la sentencia contra Edom en Abdías. (3) Los versículos 2–9 se refieren a la destrucción total de Edom, así como los versículos 11–20 se refieren al juicio de Jehová a Edom por su maldad y a todas las naciones.
TEMAS TEOLÓGICOS
Hay tres temas teológicos planteados y que están estrechamente relacionados con la escatología bíblica. Así tenemos “el juicio de Dios”, que se anuncia como el “día de Jehová” que es venidero, próximo y temible. Este juicio es presentado con dos matices: llegará a “su pueblo”, que está representado en Israel y a “las demás naciones”, que están representadas en Edom. Ligada a dicho tema está la “destrucción de los enemigos del Señor”, que en Abdías está representada por la destrucción de “Edom”, que vislumbra el tema escatológico del “triunfo del bien sobre el mal”, lo cual está fuertemente arraigado en los mensajes apocalípticos y que son el núcleo de la esperanza cristiana. Finalmente, la “soberanía del Señor” sobre el universo es presentada desde el inicio del libro hasta el final; de hecho, el libro empieza diciendo: “Jehová el Señor ha dicho” y concluye con que “el reino será de Jehová”, revelando una noción teológica dentro de la cual se elabora la profecía.
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