INTRODUCCIÓN
Joel, cuyo nombre significa “Jehová es Dios”, está catalogado dentro de los llamados “profetas menores”, pero no debido a la calidad de su mensaje sino por lo breve del contenido del libro que lleva su nombre; o por lo menos la cantidad de material que se ha conservado del mismo. La Biblia no provee mucha información en cuanto a este profeta de Dios, pero en base a la evidencia interna, algunos comentaristas han sugerido que Joel probablemente era un “profeta de culto” o “profeta del templo”. Uno de sus ministerios debe de haber sido el de proveer respuestas a las preguntas que la gente se formulaba frente a la adversidad.
Aunque pequeño, este libro presenta serias dificultades para el intérprete. Dos de las principales dificultades tienen que ver con (1) la fecha del ministerio del profeta, y (2) la naturaleza de la plaga de langostas a la cual se alude en el libro. En cuanto a la fecha del ministerio de Joel, se han propuesto mayormente tres opciones:
a) Algunos sugieren que Joel llevó a cabo su ministerio profético durante el reinado de Joás, en Judá (cerca del año 835 a. de J.C.). Uno de los argumentos principales que se presentan a favor de esta fecha tiene que ver con el hecho que las descripciones ofrecidas en el libro concuerdan con la época preexílica. Los enemigos mencionados no son aquellos que ocasionaron el exilio del pueblo de Dios (Asiria, Babilonia), sino países preexílicos (Fenicia, Filistea, etc.).
b) Otros proponen que Joel profetizó en el período postexílico, específicamente durante el período persa, alrededor del 400 a. de J.C. El hecho de que no se mencione ningún rey, ni al Reino del Norte (Samaria), se toma como pauta para señalar que todo ello ya no existía. En este sentido, Israel es un término que se usa en referencia a Judá (Reino del Sur), y no al Reino del Norte, lo que no hubiera sucedido si Israel aún hubiera estado en existencia. Además, parece ser que los sacerdotes son los líderes de la nación, algo que solo sucedió hasta después de la restauración de Judá a Palestina en el tiempo postexílico. El capítulo 3:1 parece indicar que la cautividad ya había tenido lugar; aunque a decir verdad, puede haber otra explicación para este versículo. El papel de los griegos como tratantes de esclavos (3:6) también es un factor fundamental para establecer esta fecha.
c) Una fecha intermedia ubicaría el ministerio de Joel en los últimos días de Judá (antes de ser destruidos por Babilonia en el 587 a. de J.C.), probablemente durante la época de Jeremías, entre el 610 y el 600 a. de J.C. El argumento principal que se esgrime aquí es que el pueblo judío sufrió una tremenda devastación a manos de los babilonios. Lo difícil es explicar la mención de los griegos (3:6) y varios arameísmos que contiene el texto original, lo cual también se aplica para la primera propuesta.
La posición del libro de Joel después de Oseas y antes de Amós no tiene que ver con la fecha del ministerio del profeta. Parece que Joel fue ubicado junto a Amós por razones literarias. Se pueden comparar semejanzas de ciertas figuras (Joel 3:16 y Amós 1:2; Joel 3:18 y Amós 9:13) o ciertos temas (Terremoto: Joel 2:10; 3:16 y Amós 1:1; 8; 8; 9:5. Langostas: Joel 1–2 y Amós 4:9. El día de Jehová: todo Joel y Amós 5:1–20).
El otro asunto crítico en este libro profético tiene que ver con la naturaleza de la plaga de langostas. Tres son las principales alternativas que se han ofrecido al considerar este asunto:
a) La plaga de langostas es simplemente una figura literaria y simbólica de los ejércitos enemigos que atacarían al pueblo israelita.
b) Imágenes apocalípticas que describen la devastación futura de la tierra. Las langostas no son reales, solo son un tipo de la futura catástrofe que vendrá con “el día de Jehová”.
c) Un evento real, literal e histórico que sirve de inspiración para que el profeta pueda percibir y describir lo que sería “el día de Jehová”. La plaga de langostas solo constituía un presagio del juicio venidero. Era una acción punitiva de parte de Dios, pero también un llamado de atención y un símbolo de lo que sería “el día de Jehová”.
Algunos comentaristas ven esto como una pequeña muestra de lo que pasaría si Dios permitiera que los ejércitos enemigos vinieran sobre Jerusalén. Otros ven el asunto desde una perspectiva espiritual, como un llamado de atención de parte de Dios para que el pueblo se arrepienta y vuelva a él.
También debe apuntarse el hecho de que muchos comentaristas han observado que Joel es una verdadera joya literaria. A excepción de 1:1 y 3:4–8 (escritos en prosa), todo el material profético de este libro se presenta en verso. Según los comentaristas judíos (masoretas), el material se divide naturalmente en dos secciones principales: (1) La sección histórica (1:1–2:27) y (2) la sección escatológica (2:28–3:21).
No hay comentarios:
Publicar un comentario