Información General de Oseas

INTRODUCCIÓN

EL LIBRO DE OSEAS

El libro de Oseas nos presenta la Palabra de Dios mediante las palabras y las acciones de un profeta de Israel que vivió en el octavo siglo antes de Cristo. Después de 28 siglos su mensaje sigue siendo una palabra “viva y eficaz”. No obstante, el libro demanda mucho del lector moderno si éste quiere captar bien su significado. ¿Quién es sabio para entender estas cosas? (14:9) es una buena pregunta para nosotros que hablamos otro idioma y vivimos en otra cultura. ¿Cómo podemos comprender a alguien que está tan lejos de nuestra realidad? El comentario se presenta con la esperanza de que sea de ayuda al lector para oír y comprender al profeta israelita, quien tiene mucho que decirnos acerca de nuestra relación con Dios, y sobre los peligros de una confianza puesta en el poder militar, político o cultural que toma el lugar de una confianza plena en el Señor.


EL TEXTO DE OSEAS

El texto de Oseas es uno de los más difíciles en todo el AT en términos de problemas textuales. Muchos de los problemas textuales parecen originarse en las diferencias entre los dialectos hebreos del Norte (Israel) y del Sur (Judá). El AT es un producto literario de Judá. Oseas es el único profeta del Norte, pero aun así sus oráculos eran preservados en el Sur. Por eso, la pronunciación, ortografía y aun el vocabulario del profeta no eran entendidos siempre por los redactores en el Sur. 

Existen también varias versiones, interpretaciones y paráfrasis de la antigüedad como testigos del texto de Oseas. La versión más importante es la Septuaginta (LXX), una traducción al griego del segundo siglo antes de Cristo. Por lo general, es una traducción literal pero a veces parece traducir un texto hebreo que es distinto del TM. Sin embargo, otro factor puede ser que el traductor tampoco entendiera el dialecto del Norte. La versión siriaca, la Peshita, es especialmente importante cuando su testimonio es igual al de la LXX en contra del TM. Otra versión importante es el Targum, una paráfrasis bíblica en el idioma arameo.

Para entender exactamente y en el mejor modo posible lo que escribió Oseas, la RVA usa mayormente el TM, pero a veces sigue el testimonio de una o varias de las versiones. Con todo, también hay algunas ocasiones en el texto cuando ningún testigo se hace confiable y es necesario sugerir una enmienda que capte mejor el sentido del mensaje de Oseas. El comentario seguirá el texto de RVA, pero también ofrecerá, en ciertos pasajes, otras posibilidades de entenderlo.


CONTEXTO HISTÓRICO DE OSEAS

El ministerio de Oseas se inició en el reino de Jeroboam II de Israel. Su reinado fue durante un tiempo de prosperidad, poder y paz. Las fronteras de Israel se extendieron desde Lebo-hamat hasta el mar de Arabá (2 Rey. 14:25). El mar de Arabá es el mismo mar Muerto que marcó la frontera con Judá en el sur. Hamat es un reino situado al norte de Aram (Damasco). Es probable que Jeroboam II mantuviera una alianza muy favorable con Damasco porque Ben-hadad III estaba muy ocupado con las repetidas campañas de los asirios bajo el liderazgo de Adad-nirari III y sus sucesores. Así, Jeroboam aun pudo controlar algún territorio en los montes del Antilíbano. El territorio de Israel bajo Jeroboam junto con el territorio de Judá bajo Azarías alcanzaron las antiguas fronteras del imperio de David y Salomón.

Dentro de las fronteras de Israel la vida, en términos generales, era buena durante el tiempo de Jeroboam II. El comercio con Judá y otros estados produjo una prosperidad desconocida desde los días de Salomón, y Jeroboam entró en muchos programas de construcción, tanto en Samaria como en el resto del país. Sin embargo, no todo fue bueno durante esta época. La arqueología muestra que había por primera vez una marcada diferencia entre las casas de los ricos y las de los pobres en Israel. También, hay 63 tabletas de piedra que se encontraron en Samaria (las ostracas samaritanos) que dan testimonio de la existencia de un sistema de altos impuestos en este período. Amós, junto con Oseas, predicaron contra varios males sociales. La prosperidad produjo la especulación, los abusos sociales y el sincretismo espiritual. Era una prosperidad que no podía durar.

Los eventos fuera de las fronteras de Israel afectaron su destino también. Después de la muerte de Adad-nirari III, Asiria tuvo líderes menos capacitados que estaban ocupados con problemas con el reino de Urartu. Por eso, Siria (Aram) pudo esforzarse en el Sur. Damasco se liberó del dominio de Israel con la muerte de Jeroboam II. Zacarías, el hijo de Jeroboam, había reinado solo seis meses cuando Salum lo asesinó, pero Salum había sido rey solo un mes cuando Menajem lo asesinó e inauguró un reino de diez años. Este rey evidentemente se alió nominalmente con Rezín de Siria contra Asiria. Sin embargo, en el año 738 a 727 a. de J.C., cuando Tiglat-pileser III renovó la presencia activa de Asiria en el área con una campaña en Siria, Menajem mandó tributo en vez de luchar y fue confirmado como rey de Israel. Rezín no olvidó sus planes de una confederación antiasiria. Menajem murió en el año siguiente, pero su hijo, Pecaías, reinó por solo dos años y fue asesinado por su comandante Pécaj. Es probable que Pécaj actuara con la ayuda de Rezín porque inmediatamente se sometió a Rezín, y buscaron formar una liga antiasiria en el año 735 a. de J.C.

Rezín convenció a varias ciudades estado de la costa de unirse con él, pero Judá, bajo Acaz, rehusó hacerlo. No contentos para aceptar esa decisión, Rezín y Pécaj invadieron Judá para destronar a Acaz y poner en su lugar a Tabeel (el nombre significa “bueno para nada”, pero probablemente se refiere a uno de la familia noble de Transjordania, Tab’el). Acaz vio su peligro y, a pesar del consejo de Isaías, clamó a Tiglat-pileser por ayuda y voluntariamente pagó tributo para ser su vasallo. Tiglat-pileser respondió rápidamente: atacó la costa en el 734 a. de J.C., luchó en Israel en el 733 y destruyó Damasco en el 732, ejecutó a Rezín, deportó la gente y dividió el territorio de Siria en cuatro provincias asirias.

Israel sobrevivió el fiasco solamente porque Oseas, hijo de Ela, asesinó a Pécaj antes de que Tiglat-pileser pudiera capturarlo y matarlo. Aun así, Israel, que había perdido mucho de su territorio con Siria, ahora fue reducido básicamente a Samaria y al antiguo territorio de la tribu de Efraín, tanto por la decisión de Asiria en el norte como por el contraataque de Judá en el sur, que Asiria aprobó. Con todo, el reino de Oseas se inició en el 732 a. de J.C. como un vasallo de Asiria pagando un tributo pesado para la nación.

Oseas reinó sobre Israel por nueve años, pero no siempre como un vasallo fiel de Asiria. Tiglat-pileser murió en el 727. Algún tiempo después de esto, Oseas rehusó pagar el tributo asirio. Lo hizo en conjunción con otros estados de Palestina y con la promesa de ayuda de Egipto. Sin embargo, Egipto no mandó ayuda, y los otros estados no tuvieron éxito tampoco (ver Isa. 14:28–31). El nuevo rey asirio, Salmanasar V, vino para poner fin a la rebelión en Israel. Capturó a Oseas y lo puso en una prisión, y después de tener sitiada a Samaria por 3 años la capturó en el año 722 a. de J.C. Salmanasar V murió en esos días y su sucesor, Sargón II, tomó el control de Samaria. Luego sujetó toda el área a su dominio. Sargón reedificó Samaria y la hizo capital de una nueva provincia asiria. Deportó la mejor parte de la población y repobló el área con gente de Babilonia, Hamat y regiones de Siria.

Entre los años 738 y 722 a. de J.C. Israel experimentó el alcance completo de la administración imperialista de Asiria. En primer lugar, la nación aceptó ser vasalla de Asiria y voluntariamente pagó tributo bajo Menajem en el 738. En el 735 Pécaj se rebeló contra Asiria, e Israel perdió territorio y recibió un nuevo rey bajo la aprobación de Tiglat-pileser; pero seguía siendo una nación. Con la rebelión del rey Oseas, Israel sufrió la ira completa de Asiria y dejó de existir como un estado. Fue en medio de estos eventos que Oseas el profeta vivió en Israel para interpretar la voluntad de Dios para el pueblo.


TEOLOGÍA DE OSEAS

Oseas se enfrentó a un pueblo que tuvo una religión sincrética. El reino de Israel desde el principio incluía cananeos que adoraban a Baal, y el culto oficial en Betel y Dan admitió muchas practicas baalistas con los becerros de oro. No es que los israelitas adoraron directamente a Baal, sino que incorporaron elementos del culto de Baal en su culto. Aun peor, la gente conceptuó al Señor, o sea Jehová, como si fuera Baal u otro dios de la fertilidad. Oseas reaccionó contra este concepto de Dios. Dios no está limitado por los ciclos de la naturaleza, ni es un Dios que puede ser manipulado mediante el culto para que provea las cosas que desean los hombres. Dios es el Señor.

Oseas también reaccionó contra un secularismo que confiaba en el poder político de alianzas con los grandes poderes militares del día y en el poder propio del rey. Para Oseas nada, ni aun la monarquía, puede ser un sustituto para la plena confianza en Dios como el autor/sustentador de la vida. Por eso, se oponía a reyes. Ellos utilizaron el culto para servirse en vez de servir a Dios.

Oseas usó las tradiciones antiguas de Israel para predicar. El libro se refiere a las de Jacob, de Moisés, del Sinaí y del pacto, y las del desierto. Sin embargo, Oseas las usó con libertad e imaginación. También, en su polémica contra el culto de la fertilidad, Oseas aplicó las metáforas y los símbolos de Baal al Dios de Israel en una manera audaz. Por primera vez se habla de la relación entre Dios y su pueblo en términos del matrimonio, esposo, esposa, hijos y amor. También, Oseas adaptó la idea de “dueño” en su concepto de Dios. Usó las figuras agrícolas, pero el dueño no es Baal, sino el Señor. En hebreo la palabra baal  H1167 significa señor, pero Oseas emplea otra palabra adonai  H113 que también significa señor. La diferencia entre los términos es la diferencia en ser un dueño legal de cosas (baal) y tener una relación como dueño de personas (adonai). La misma distinción se ve en el capítulo 2 con el uso que Oseas hace de las palabras para esposo (baal  H1167, e ’ish  H376). Este énfasis de una relación personal con Dios es el que marca la teología de Oseas. Por eso, las palabras más importantes para él son: “amor leal” (jesed  H2617), “fidelidad” (’emet  H571), y “conocimiento de Dios” (da’at  H1846 elohim  H430).

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