Información General de Proverbios

 EL TEXTO BIBLICO DE PROVERBIOS

El libro de Proverbios es Mishley Shelomoh en hebreo. Hay unas 6.915 palabras en el texto (Jenni, II, 689). Se encuentra en la tercera parte de la Biblia judía (ketubiym, o los escritos). Hay amplia evidencia de la antigüedad del libro dentro del AT. Es el tercer libro en el orden hebreo dentro de los Escritos (Salmos, Job, Proverbios, Rut, etc.).

La Septuaginta (LXX), la traducción más importante del AT al griego, tiene un orden distinto en estos libros: Job, Salmos, Proverbios, Eclesiastés, etc. La Vulgata, la traducción al latín, siguió el orden de la Septuaginta; también lo hicieron las versiones modernas, incluida la española. Por lo tanto, la Septuaginta ordena los capítulos en una forma distinta. Además de omitir algunos versículos, el orden de los capítulos es: 1–24, 30:1–14, 24:24–34, 30:15–33, 31:1–9, 25–29, 31:11–31. No hay una explicación satisfactoria para el orden cambiado de la Septuaginta. Sin embargo, se nota la separación de los caps. 30 y 31 en dos partes cada uno. Así se da evidencia a la teoría que los dos capítulos son, en realidad, cuatro secciones.

La autoridad de los Proverbios se comprueba por su uso por Josefo, Filón, Misná, los Rollos del Mar Muerto y el NT. (Se citarán algunos comentarios de estas fuentes dentro de esta obra.) Por lo tanto, el libro de Proverbios se sitúa dentro de la conciencia de los judíos (y los judíos cristianos), en el primer siglo después de Cristo.


EL AUTOR DE PROVERBIOS

¿Quién es el autor de Proverbios? A primera vista se puede decir, Salomón. Sin embargo, el verdadero autor es Dios. Ciertamente, la sabiduría de Salomón era la respuesta de Dios a la petición de Salomón (1 Rey. 3:9). Jehová es la fuente principal de la sabiduría (Prov. 2:6). Por lo tanto, la relación entre la fe y la sabiduría es estrecha. La verdadera fe, el temor, es el comienzo y el fundamento de la vida prudente y exitosa (ver 1:7). Sin la fe en Dios, una dimensión esencial se ausenta de la educación y la prudencia del hombre.


El papel de Salomón en el libro de Proverbios. Como el recipiente de un “corazón sabio” de Dios, él dirigió la construcción del palacio del rey y la del templo. Además se instaló un sistema administrativo y militar comparable al de los reyes orientales. El comercio internacional creció; se traían a Palestina los objetos más raros de toda la tierra conocida de aquel tiempo. La plata fue utilizada como piedras para las calles de Jerusalén (1 Rey. 10:27). Había una abundancia de alimento y de riquezas. Josefo brinda una lista de las riquezas de Salomón en su obra Antigüedades, cap. 8. Aun el Corán, la literatura sagrada de los musulmanes, habla de la sabiduría y la gloria de Salomón (Sura XXVII, 170, Sura XXXIV, 190 y Sura XXXVIII, 201). Además, hay menciones en libros apócrifos, como la Sabiduría de Salomón, de carácter dudoso; estos libros son rechazados por judíos y protestantes.

Salomón compuso 3.000 proverbios y 1.005 canciones según 1 Reyes 4:32. Allí se menciona una lista de los sabios de aquel entonces que eran inferiores a Salomón, aunque grandes en su sabiduría (v. 31). De hecho la sabiduría de Salomón era superior a la sabiduría oriental y egipcia (v. 30). Los escritos de Salomón que se encuentran en las Escrituras son Proverbios, Eclesiastés, Cantar de Cantares y los Salmos 72 y 172. El NT, por lo tanto, habla de la gloria de Salomón (Mat. 6:29; Luc. 12:27), la sabiduría de Salomón (Mat. 12:42; Luc. 11:31) y del juicio de la reina del sur (la reina de Saba), que serán testigos contra los que escuchaban a Jesús, quien era más sabio que Salomón (1 Rey. 10:1–13; Mat. 12:42; Luc. 11:31).

La gran falla de Salomón fue su relación con las mujeres. Con 700 esposas y 300 concubinas, muchas de ellas importantes, como la más prominente, la hija de Faraón, Salomón participaba en la construcción de los recintos religiosos y en la adoración de los dioses paganos (1 Rey. 11:4 ss.). Según el texto bíblico, tal desgracia se produjo cuando Salomón era ya anciano (1 Rey. 11:4). ¡Qué lástima vivir una vida recta ante el Señor, una vida bendecida por los favores divinos y, en los últimos años de la vida, perder la fuerza moral para seguir el camino recto! La influencia de los demás pesa sobre nosotros, no importa cuál sea nuestra edad. Al pecar, Salomón pierde el reino de David y la unidad de un pueblo que había sacrificado bastante para mantener su gloria (1 Rey. 11:11–13).

El nombre de Salomón se menciona en tres citas del libro de Proverbios (1:1; 10:1; 25:1). Es difícil determinar si la primera cita en 1:1 se relaciona con los caps. 1–9, con todo el libro, o con ambos. Es cierto que los primeros nueve caps. son distintos a la forma encontrada en las listas de proverbios que siguen las otras dos citas (10:1 y 25:1). Los caps. 1–9 contienen una serie de exhortaciones ampliadas, parecidas a los estudios científicos de algunos casos donde se busca entender las posibles acciones y el porqué de las decisiones. Sin embargo, el maestro de las exhortaciones bíblicas no deja al lector en duda acerca de la decisión esperada y apropiada. Aquí no hay una ética relativa y oscura. La sección de 10:1–22:16 incluye alrededor de 375 proverbios, y quizás simbólicamente iguala los valores numéricos de la suma de las letras hebreas sh + l + m + h, las letras hebreas de Salomón. Por lo tanto, la sección de 25:1–29:27 incluye unos 130 proverbios, y quizá simbólicamente iguala los valores numéricos de Ezequías en el hebreo: j + z + q + y + h. Ezequías fue responsable de la obra en los caps. 25–29.

Además de las secciones, 1–9, 10:1–22:16 y 25–29, los rabinos judíos quisieron atribuir la totalidad del libro de Proverbios a Salomón. Especialmente, ellos encontraron designaciones ocultas para Salomón en los nombres Agur (30:1) y Lemuel (31:1). Se buscaba, entonces, el significado de las palabras en referencia a la persona de Salomón (ver 30:1 y 31:1).

No se puede negar la participación de varias personas en la composición del libro de Proverbios. Salomón juega un papel fundamental pero no exclusivo. La redacción de los proverbios que se encuentran en los caps. 25–29 es el trabajo de los sabios en el tiempo de Ezequías, unos 250 años después del reinado de Salomón. Como rey de Judá y descendiente de Salomón (ya habían pasado nueve generaciones según Mat. 1:6–9), Ezequías había sobrevivido la invasión de los asirios y había visto la destrucción de Samaria y todo Israel del norte. La mención de Ezequías nos ayuda a ver una composición no acabada hasta por lo menos 700 años a. de J.C., nueve generaciones después de Salomón.

En dos citas se menciona a los sabios (22:17; 24:23). La designación es ambigua dando pocos detalles. Jeremías 18:18 nombra al sabio entre el sacerdote y el profeta. Preguntamos: “¿Es el sabio un profesional en Israel?” Volveremos a la pregunta más tarde.

Los nombres de Agur y Lemuel, ambos de Masá, si se acepta el texto hebreo, representan una influencia no hebrea en Proverbios. Sin embargo, varios eruditos consideran que ellos son descendientes de Ismael (Gén. 25:14; 1 Crón. 1:30). Así estos orientales son verdaderos descendientes de Abraham y primos de los hebreos. Agur es Agur ben Jaqué de Masá, Lemuel es Lemuel ben “su madre” de Masá. El nombre Agur significa “unir, congregar, buscar reunir, etc.”, mientras Lemuel significa “consagrado o dedicado a Dios”. Masá fue el séptimo hijo de Ismael.


LA AUDIENCIA-OYENTE DEL LIBRO

¿Quién es la audiencia del libro de Proverbios? En 1:4, 5 se da respuesta a esta inquietud. Estos proverbios apuntan a los “jóvenes ingenuos” y a los “sabios entendidos”. Los jóvenes son aquellos que no tienen mucha experiencia en la vida y están muy abiertos a cualquier influencia; son muy vulnerables a los engaños y las trampas que ponen los hombres violentos y malvados. Los jóvenes son ingenuos y no tienen un criterio formado de cómo funciona la vida y cómo tener un éxito duradero en la misma. La juventud, o la etapa de la adolescencia, es muy difícil, pues el adolescente está cambiando en lo físico y en lo afectivo. No es un niño; pero no tiene el criterio para ser un adulto. Se muestran las tensiones entre la dependencia y la independencia. Es una etapa en la que la sexualidad juega un papel importante, también los amigos y las preguntas existenciales: “¿Quién soy?”, “¿para qué sirvo?”, “¿qué lugar me corresponde en el mundo?” Los adolescentes quieren saber el porqué de las reglas y la autoridad impuesta se cambia para la autodisciplina, una calidad adulta. Lograr la autodisciplina es difícil y requiere la paciencia y la constancia del individuo. La falta de la autodisciplina resultará en la adicción a las drogas, especialmente al alcoholismo, la trampa de las bandas juveniles, la violencia y robo, la prostitución juvenil, la consecuencia del embarazo y el incremento de madres y padres adolescentes. En América Latina, la adolescencia representa entre el 20 y el 25% de la población. A veces las madres adolescentes representan entre el 25 y el 35% de la totalidad de las madres, afectando la posible educación de las madres solteras y su futuro. Muchas veces la pobreza es la cara de una madre soltera con niñitos pobremente alimentados. Una adolescencia que fracasa denota una sociedad fracasada con un futuro en peligro. ¡Qué necesidad hay de la Palabra de Dios!

Una segunda agrupación de oyentes del libro de Proverbios son los sabios (1:5). Nunca es tarde para aprender la sabiduría divina. Es necesario repasar un contenido tan importante. De hecho, Salomón se perdió en su vejez (1 Rey. 11). Aun Nicodemo aprendió bastante del Maestro Jesús (Juan 3:1 ss). Jesús dijo a Nicodemo: Tú eres el maestro de Israel, ¿y no sabes esto? (Juan 3:10). No es fácil modificar el comportamiento cuando uno es anciano. Nicodemo preguntó a Jesús: ¿Puede acaso (un hombre) entrar por segunda vez en el vientre de su madre y nacer? (Juan 3:4). Quizás será más fácil nacer de nuevo que cambiar el comportamiento cuando uno es viejo. Sin embargo, Jesús dio la respuesta adecuada cuando apuntó a Nicodemo a la obra del Espíritu Santo (Juan 3:6 ss.). Todo sabio puede aprender a los pies de Jesús, escuchando la palabra divina.


FORMAS LITERARIAS DE LOS PROVERBIOS

Veamos ahora las formas literarias de los Proverbios. La palabra del título es Mishley Shelomoh. Mishley viene de la palabra mashal, que tiene como raíz el significado de “reinar” o “comparar”. Si se combinan las dos ideas, tenemos el concepto de un “dicho poderoso de comparación”. Mashal aparece seis veces en el libro de Proverbios y otras 33 veces en los otros pasajes del AT. Su significado puede ser una sentencia breve de sagacidad antigua como se encuentra en 1 Samuel 24:13: Como dice el proverbio (mashal) de los antiguos: “De los impíos saldrá la impiedad.“ Estos dichos breves ocupan la parte principal de los Proverbios (caps. 10–29). Una segunda definición de mashal se encuentra en su uso en Salmos 44:14 y 69:11 como refrán de burla. Una tercera definición se encuentra en Números 23:7, donde la palabra mashal ha sido traducida como profecía por su naturaleza de discurso profético. Por lo tanto, mashal tiene un cuarto significado de parábola (Eze. 17:2). Así que la palabra mashal puede significar un dicho breve o un discurso prolongado (e. g. una parábola).

El mashal tiene una función pedagógica muy importante, siendo uno de los métodos mas dinámicos, y más antiguos, en la enseñanza en el antiguo Cercano Oriente. Este dinamismo didáctico exalta el uso del oído, del intelecto y de la imaginación. La memorización y la reflexión juegan papeles fundamentales. El mashal es el puente oportuno entre la fe en Jehová y la vida real con toda su posibilidad y todo su peligro. El libro de Proverbios consiste en unos 800 a 900 puentes, momentos didácticos, donde el corazón palpa y la imaginación corre. Estos momentos didáctico-reflexivos revelan la verdadera condición de un mundo dolido a causa de la violencia, la corrupción, el engaño, la drogadicción, la prostitución, etc. Tales características urbanas también se encuentran en el mundo hispano, donde un sector de la sociedad exalta los valores alterados, los antivalores. El mashal da la oportunidad para que la fe en Jehová se enfrente con estos antivalores.

Jesús utilizó algunos proverbios en sus enseñanzas, como los que se encuentran en Mateo 7:6: No deis lo santo a lo perros, ni echéis vuestras perlas delante de los cerdos... Por lo tanto, algunos de los dichos de Jesús han llegado a ser verdaderos modismos latinos como: Dad a César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios (Mat. 22:21; Mar. 12:13–17; Luc. 20:20–26); no se debe echar vino viejo en odres nuevos (Mat. 19:17; Mar. 2:22; Luc. 5:37); nadie es profeta en su tierra (Luc. 4:24). Si se agregan todas las parábolas a la lista de mashal como indicaría su definición más amplia, entonces la enseñanza de Jesús fue primordialmente la de la literatura sapiencial. De hecho hay dichos parabólicos como Mateo 5:13: Pero si la sal pierde su sabor, ¿con qué será salada?, o Mateo 9:12: Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los que están enfermos. 

Por fin, habría que exponer los dos tipos de mashal que se encuentran en el libro de Proverbios. El primero es el del dicho común y breve (caps. 10–29). El segundo es el del discurso más largo, notablemente visible en los caps. 1–9. Dentro de los discursos largos hay dichos comunes mas breves como el de 1:17: Ciertamente en vano se tiende la red ante los ojos de toda ave. También se puede ver en 6:11: Así vendrá tu pobreza como un vagabundo, y tu escasez como un hombre armado. Además, está el ejemplo de Proverbios 9:17: Las aguas hurtadas son dulces, y el pan comido en oculto es delicioso. Como se puede ver, no todos los modismos son expresiones agradables a Dios. El modismo o dicho común puede expresar tanto una maldad como una verdad; es decir, puede llegar a expresar un antivalor.

El mashal mas frecuente en Proverbios toma la forma de un aforismo, una sentencia breve que se propone como regla. Por lo tanto, el proverbio breve toma un traje poético de dos líneas paralelas. Robert Lowth, en 1753, estableció las diversas formas de la poesía hebrea en su libro De Sacra Poesi Hebraeorum Praelectiones Academicae, llamando a la expresión hebrea un parallelismus membrorum, es decir una “rima de ideas”. A veces hay una aliteración donde se repite el mismo sonido de alguna consonante, pero puede ser que el paralelismo sólo se encuentra en una repetición de la misma idea central. Además, a veces se puede ver una cantidad de sílabas con los correspondientes acentos. Dentro de esta rima de ideas se notaba la presencia de unidades de un verso con dos líneas del versículo. Cuando las dos líneas del versículo compartían la misma idea se llamaba “paralelismo sinónimo”. Es decir, la segunda línea repite la idea de la primera. Por ejemplo, Proverbios 1:5 dice: El sabio oirá y aumentará su saber (primera línea), y el entendido adquirirá habilidades (segunda línea). La segunda línea refuerza la primera línea. Este estilo ayuda como un medio para la memoria, y a la vez pone énfasis en lo esencial del dicho. Otro ejemplo se encuentra en 1:28: Entonces me llamarán, y no responderé (primera línea): me buscarán con diligencia y no me hallarán (segunda línea). Le segunda línea repite complementando la primera línea. El paralelismo sinónimo figura en forma prominente en Proverbios 1–9, 16:1–22:16, etc.

Una segunda rima de ideas es la del “paralelismo antitético”. Esta rima consiste en una segunda línea que expresa lo opuesto de la primera línea. Por ejemplo, 10:3 dice: Jehová no deja padecer hambre al justo (primera línea), pero impide que se sacie el apetito de los impíos (segunda línea). El contraste se encuentra entre las palabras justo e impío, además de las ideas de “padecer hambre” y “saciar el apetito”. Un segundo ejemplo se encuentra en 15:1: La suave respuesta quita la ira (primera línea), pero la palabra áspera aumenta el furor (segunda línea). Así, la segunda línea contrasta la suave respuesta con la palabra áspera, y los verbos “quitar” y “aumentar”. Proverbios 10–15 está lleno de dichos con un paralelismo antitético.

Una tercera rima de ideas se relaciona como “paralelismo sintético”. En este paralelismo, la segunda línea no repite la primera idea sino construye sobre ella o algún aspecto de ella. Por ejemplo, 23:9 dice: No hables a oídos del necio (primera línea), porque despreciará la prudencia de tus palabras (segunda línea). La segunda línea no repite ni la misma idea ni la idea opuesta a la primera línea. Al contrario, la segunda línea agrega algo, el porqué, de la primera línea. Un segundo ejemplo se encuentra en 30:10: No difames al siervo ante su señor (primera línea), no sea que te maldiga, y seas hallado culpable (segunda línea). Otra vez, la segunda línea define más los pormenores de la idea expresada en la primera línea. Por supuesto, estas tres construcciones son ayudas para comprender el texto y el espíritu hebreo; no debemos exagerar su utilidad. La poesía sirve a varios propósitos: Como apoyo para la memoria, para describir la escena proverbial y para la estética, mostrando un sentido placentero para el oído y la imaginación.

Otra característica del libro de los Proverbios es la formación de los dichos. Algunos son numéricos (6:16; 30:15, 16, 18, 19, 21–23, 24–28, 29–31); otros utilizan la palabra hebrea tob para decir que una cosa es mejor que una segunda cosa (3:14; 8:11, 19; 12:9; 15:16, 17; 16:8, 16, 19, 32; 17:1; 19:1, 22; 21:9, 19; 25:7, 24; 27:5, 10; 28:6); y un proverbio ampliado utiliza el alfabeto hebreo como ayuda para la memoria (31:10–31). Ciertos proverbios son imperativos o mandatos (ver 6:3; 7:25; 19:18; etc.), mientras otros proverbios son las conclusiones de algunas observaciones éticas de la vida (ver 10:1 ss.; 31:10 ss.).


LA UNIDAD DEL LIBRO

Los proverbios se unen en 10:1–22:16 y caps. 25–29 a través de temas comunes entre los versículos (e.g. justicia, flojera, etc.) y palabras comunes entre los versículos (ver lengua, pan, vida, etc.). Hay más de 500 temas en el libro de Proverbios y docenas de palabras comunes, uniendo así los pasajes.


EL VOCABULARIO ESPECIAL DE PROVERBIOS

Otra característica literaria del libro de Proverbios es el vocabulario especial. Este vocabulario especializado se concentra en los temas de la literatura sapiencial. La palabra jakam (sabio), en sus distintas formas verbales y nominativas, se encuentra en 318 citas del AT. El 58% de las citas, es decir 183 versículos, viene de los tres libros sapienciales de Job (28 citas), Proverbios (102 citas) y Eclesiastés (53 citas), que representan sólo un 6% del texto del AT. En Proverbios, las palabras especiales son: musar, disciplina (30 citas de un total de 50 en el AT); biynah, inteligencia (14 citas de un total de 37); petiy, ingenuos (15 citas de un total de 18); lets, burladores (14 citas de 16); tokajat, reprensión (16 citas de un total de 24); tabunah, entendimiento (19 citas de un total de 42); ‘atsel, perezoso (14 citas de un total de 15); tehmukah, perversidades (9 citas de un total de 90); ‘eviyl, insensatos (19 citas de un total de 26); hon, riquezas (18 citas de un total de 26); y re’sh, pobreza (7 citas de un total de 7). Otras palabras incluyen camino, equidad, sagacidad, saber y pobre.


EL PAPEL DEL DICHO EN EL MUNDO HISPANO

El dicho juega un papel fundamental en el mundo hispano. Tal afirmación se basa en la cantidad de modismos que se pueden encontrar y en la presencia del refrán en la literatura desde el tiempo de Miguel de Cervantes Saavedra, del siglo XVI. En su obra magna, El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha (1605–15), Cervantes llena la boca de Sancho Panza con los modismos de la razón, aunque Sancho siempre decía que no podía ni escribir ni leer. Tal es el uso de los modismos que Don Quijote grita: “No más refranes, Sancho, pues cualquiera de los que has dicho basta para dar a entender tu pensamiento; y muchas veces te he aconsejado que no seas tan pródigo de refranes, y que te vayas a la mano en decirlos...” (Don Quijote, II, 67). Se encontrarán algunos de los dichos de Panza, de su esposa Teresa y aun de Quijote entre los Proverbios. Teresa utiliza una frase de Proverbios, es decir el pan de balde (31:27): “...los escuderos andantes no comen el pan de balde...” (Don Quijote, II, 5). Por lo tanto, se citan 31:10 (Don Quijote, I, 33) y 12:4 (Don Quijote, II, 22), ambos acerca de la mujer. De la obra magna salieron los siguientes dichos y aun muchos más: “Dios que da la llaga, da la medicina”; “el hombre pone y Dios dispone”; “... fuese por lana y volviese trasquilado...”; “... quitada la causa, se quita el pecado...”; “la mejor salsa del mundo es el hambre”; “no se mueve la hoja en el árbol sin la voluntad de Dios”; “Dios los cría y ellos se juntan”.

El valor de los modismos depende de su calidad moral, no de la forma literaria y el contexto en que se usan. Ningún proverbio puede expresar toda la verdad. “Soñar no cuesta nada” es un dicho que nos trae a la realidad cuando alguien se hace ilusiones de posibles hechos futuros. Un segundo dicho desanima a emprender nuevos desafíos: “El que mucho abarca poco aprieta.” Tal dicho puede ser una forma oculta de aplastar una actividad necesaria, o puede ayudar a aquella persona que tiene demasiado trabajo para hacerlo bien, mientras piensa asumir una nueva tarea. Por lo tanto, hay dichos como “más vale tarde que nunca” que pueden motivar a uno a equivocarse. No hay duda que hay momentos en la vida cuando hacer algo es hacerlo demasiado tarde. El libro de Proverbios habla del tiempo oportuno (1:24, 28; 10:5). Cada dicho tiene que ser comprobado a la luz de la Palabra de Dios.

El dicho latino tiene como propósito por lo menos dos cosas. En primer lugar, ayudar en la formación del carácter. Varios dichos apuntan al peligro de tomar bebidas alcohólicas, de la flojera, del chisme, de las malas compañías, etc. Un segundo propósito se encuentra en los dichos que intentan decir algo en una manera suave. Por ejemplo, las frases “está curado”, “pegarse una mona” y “anda más cufifo” apuntan a un estado de ebriedad. Un segundo ejemplo habla acerca del hombre violento: “Se salió de las casillas.”


EL CONTENIDO TEOLOGICO DE LOS PROVERBIOS

El contenido teológico de los Proverbios afirma el fuerte énfasis en la ética. Se eleva al justo como el modelo y al sabio como el gemelo del justo. Ser sabio es ser justo, mientras ser insensato o necio es ser injusto o impío. La ética y la sabiduría andan mano en mano. Además, el libro muestra que la sabiduría verdadera no es algo abstracto sino una prudencia práctica que ayuda en la vida diaria. El éxito se define en los términos íntegros del carácter, de la prosperidad y de la fe en Dios.


ALGUNAS INQUIETUDES ACERCA DEL LIBRO

¿Cuáles son algunas inquietudes negativas acerca del libro de los Proverbios? En primer lugar, algunos han criticado la manera en que se ve a la mujer, especialmente en los términos de la prostituta, la adúltera y la esposa rencillosa (2:16 ss.; 5:3 ss.; 6:20 ss.; 7:6 ss.). Pero hay que entender que el libro apunta a la educación del varón joven y por ende, señala los peligros de algunas mujeres pecaminosas, capaces de arruinar sus emociones y su formación. Por otro lado, hay que entender que si la audiencia original hubiera incluido las mujeres jóvenes, habría ejemplos del hombre adúltero, del marido violento, etc. De todas maneras, la imagen de la mujer en el libro no es tan negativa. Hay que recordar la importancia que juega la madre y su imagen tan positiva que inunda el libro desde 1:8 hasta las palabras maternales de la madre de Lemuel (31:2–9) y las palabras acrósticas sobre la mujer ideal (31:10–31). El tema de la mujer es importante para el adolescente. Casarse bien es algo importante en la vida. El autor (o los autores) de Proverbios es sabio en tratar el tema desde el lado negativo y su lado más positivo.

Un segundo aspecto de la crítica gira alrededor de la naturaleza de la justicia en la vida. El optimismo en el libro indica que la vida es ciento por ciento justa. Siempre el justo va a prosperar y siempre el impío sufre. Algunos eruditos critican este idealismo. Sin embargo, un examen cercano mostrará que el libro lucha con el tema del malvado próspero. El verbo “envidiar” trata indirectamente el tema: No envidies al hombre violento; no tenga tu corazón envidia de los pecadores; no tengas envidia de los hombres malos, ni desees estar con ellos; (no) tengas envidia de los impíos (3:31; 23:17; 24:1, 19). La envidia ocurre porque se ven tan poderosos y prósperos. Sin embargo, la eternidad les va a mostrar el valor de sus caracteres.

Un tercer aspecto de la crítica gira alrededor del castigo físico que se encuentra en Proverbios. No hay duda que la vara fue utilizada con los niños (13:24; 22:15; 23:13, 14) y contra los adultos pecaminosos (10:13; 26:3), ¿Qué papel debe jugar el castigo físico en la formación del joven y en la reformación del adulto? Ciertamente, el libro de Proverbios exalta el poder de la persuasión y de las palabras, los dichos, y utiliza el castigo físico en una forma infrecuente. El libro de Proverbios es un testamento en cuanto al valor de la educación por la palabra y sólo en raras ocasiones está suplementada por el castigo físico cuando no hay otra alternativa y el peligro moral es grave.


LAS CITAS QUE SE ENCUENTRAN EN EL NUEVO TESTAMENTO

Hay varias citas directas del libro de los Proverbios en el NT. Hay por lo menos 14 citas explícitas y unas 50 citas adicionales que muestran una alusión a alguna frase del libro de los Proverbios. Entre los Proverbios citados figuran el concepto de la disciplina dada por el Señor (Prov. 3:11 s. con Heb. 12:5, 6), el paralelismo antitético que dice que Dios resiste a los soberbios, pero da gracia a los humildes (Prov. 3:34 con Stg. 4:6 y 1 Ped. 5:5), el concepto del juicio sobre el justo y el impío (Prov. 11:31 con 1 Ped. 4:18), la frase que dice que el amor cubre todas las faltas (Prov. 10:12 con 1 Ped. 4:8), el concepto del juicio de Dios según las obras (Prov. 24:12 con Mat. 16:27 y Rom. 2:6), el dicho acerca de pacificar al enemigo (Prov. 25:21 s. con Rom. 12:20) y la expresión que dice que el perro se volvió a su propio vómito (Prov. 26:11 con 2 Ped. 2:22), entre otras citas. Además se puede ver Proverbios 1:16 incorporado a una cita más larga que se usa en Romanos 3:10–18: Sus pies son veloces para derramar sangre. Algunas de las citas vienen de la Septuaginta como mostrará el comentario más tarde.


ALGUNAS DIFICULTADES DEL TEXTO HEBREO

Ahora vamos a ver las dificultades con el texto del libro de Proverbios. En primer lugar, hay 78 palabras en el texto hebreo que sólo aparecen una vez en el AT. Estas 78 palabras pueden ser difíciles de traducir si no hay un significado raíz, como en otras palabras. Además, el texto hebreo es difícil por las ausencia de una línea o el verbo en unos 30 pasajes. En tercer lugar, hay pasajes que no se pueden entender porque el texto hebreo no tiene un sentido obvio. Así habría que utilizar los otros textos antiguos como la Septuaginta y la Peshita. Desgraciadamente ningún texto es adecuado en sí mismo. La Septuaginta ha sido ampliada para clarificar el sentido del texto; pero, obviamente, se cae en la trampa de ser una paráfrasis en algunos pasajes.


LAS CARACTERISTICIAS DEL MOVIMIENTO SAPIENCIAL

El libro de los Proverbios se sitúa dentro de un contexto más amplio del movimiento sapiencial. Las características de la sabiduría son especiales. En primer lugar, se enfoca la atención en la experiencia, es decir el hecho o la acción humana y su consecuencia. Así se logra reunir datos sobre diversas acciones y los resultados, determinando lo conveniente y lo inconveniente. El sabio observa la vida y llega a algunas conclusiones que pueden ayudar al hombre en su deseo de lograr el bienestar y el éxito dentro del marco de la fe en Jehová. Este blanco mira en forma especial a la conducta del hombre, distinguiendo entre el bien y el mal. La naturaleza práctica de la sabiduría hebrea presupone el descubrimiento de un orden naturalmoral en el universo. De hecho, el sabio observa que cierta acción produce vez tras vez una consecuencia trágica al participante. Así puede afirmar que al participar en tal acción le espera un fin trágico. En quinto lugar, la sabiduría hebrea está preocupada por el hombre íntegro. Es decir, la sabiduría no es un mero ejercicio religioso que espera orientar la vida del culto de los judíos. Tampoco la sabiduría espera ser un mero instrumento que se usa en ciertos días especiales, días sagrados. Al contrario, la sabiduría espera aconsejar al hombre en todas las esferas de su vida cotidiana. Así, el movimiento sapiencial anhela lograr su sexta característica, es decir, la integración de la fe con la vida cotidiana. La fe en Jehová desea enfrentar el mundo real con las nuevas de la bondad y la verdad de Jehová. La sabiduría bíblica rechaza una filosofía especulativa y nihilista. Además rehusa utilizar las “ciencias ocultas” como medio para el descubrimiento del orden en el universo. Estas ciencias ocultas tantas veces han llegado a ser sistemas arbitrarios sin ningún fundamento. No así con la sabiduría hebrea, que lleva la experiencia humana al laboratorio para examinar, de verdad, las consecuencias de los hechos. Se pueden distorsionar o exagerar las consecuencias de algún hecho en una telenovela donde puede reinar el caos. Sin embargo, la vida misma muestra un orden moral asombroso donde ciertos hechos producen ciertas consecuencias. Quizá la búsqueda de la verdad ha sido reemplazada en las telenovelas por un deseo de producir sentimientos diversos y cada vez más exagerados; nos hace recordar el circo romano. Desgraciadamente, hoy por hoy, el circo se encuentra en el hogar de cada hombre moderno. Por eso, la formación del adolescente es más importante hoy en día que en el pasado.


EL MOVIMIENTO SAPIENCIAL EN LA HISTORIA HEBREA

El movimiento sapiencial dentro de Israel tiene una larga historia que anticipa el rey Salomón. Aun en el tiempo de Abraham el Medio Oriente se preocupaba en la sabiduría. En Génesis 39 en adelante se muestra que José fue un sabio dentro del contexto egipcio. Los sabios egipcios se mencionan junto a los magos, todos consejeros del faraón (Gén. 41:8). Después de la interpretación del sueño sobre las siete vacas gordas y las siete vacas flacas, el faraón dijo de José que no hay nadie tan entendido ni sabio como tú (Gén. 41:39). Así que José figuraba como uno de los más sabios de Egipto. Más tarde, en tiempos del exilio, Daniel iba a figurar como uno de los más sabios entre los babilónicos (Dan. 1:20), y aun como el intendente principal de todos los sabios de Babilonia (Dan. 2:48). Además, se puede ver en una forma muy transparente la naturaleza de la “escuela babilónica”. Básicamente, esta “escuela real” tomaba los mejores jóvenes de los pueblos conquistados y los preparaba durante un período de tres años para un servicio civil (Dan. 1:1–7). Por la evidencia, podemos ver que el sabio en el antiguo Cercano Oriente se sentaba junto al mago, al adivino y al encantador, muchas veces siendo él mago y sabio a la vez. El elemento mágico en la sabiduría no hebrea es innegable. Sus rasgos astrológicos y de hechicería se parecen mucho a la búsqueda de la sabiduría moderna en el horóscopo (los astros o por lo menos ciertos astros, dado que algunos astros son ignorados por estos cosmobiólogos) y una gran parte de la parapsicología juegan papeles importantes. En toda esta sabiduría descubrir “el destino” llega a ser la meta, pues se considera que el comportamiento es un mero reflejo de los astros.


LAS CUATRO FUENTES DE LA SABIDURIA HEBREA

José y Daniel son sólo dos ejemplos de sabios dentro de Israel. El espíritu sapiencial tenía un lugar importante dentro de Israel, habiendo varias fuentes. En primer lugar, el hogar funcionaba como la escuela primaria (Exo. 13:8; Deut. 6:7; Prov. 1:8; 4:1–4). El padre tenía una responsabilidad muy grande frente a su familia y la comunidad de comunicar a sus hijos la sabiduría, los mandamientos divinos. El libro de Proverbios mantiene este fuerte énfasis en el hogar como la verdadera escuela del niño.

Una segunda fuente de la sabiduría hebrea es la presencia de los ancianos en las ciudades. Esta fuente ha sido ignorada por los eruditos. Sin embargo, es obvio que ellos tenían que escuchar los asuntos cotidianos y juzgarlos (Rut 4:1 ss.; Job 4:3–6). Los niños tenían la oportunidad de estar entre la multitud y escuchar a los ancianos en sus decisiones. Antes de conversar con el faraón, Moisés y Aarón habían conversado con los ancianos (Exo. 4:29 s.). Después ellos fueron al monte con Moisés (Exo. 24:1 ss.). Aun en tiempos postexílicos se mencionan junto a Esdras como los jefes de las casas paternas (Esd. 3:12). De modo que los ancianos fueron instrumentales como modelos para la sabiduría elemental en Israel.


Los videntes-profetas son una tercera fuente de la sabiduría hebrea. Sin duda sus consejos orientaban a Israel (1 Sam. 9:9; 2 Sam. 24:11; etc.). El impacto moral se puede sentir en los profetas como Amós (Por tres pecados... y por cuatro...) y Habacuc (¿Hasta cuándo daré voces a ti diciendo: ¡VIOLENCIA!, sin que tú libres?).

La cuarta fuente de la sabiduría hebrea fueron las instituciones como la del sacerdocio y la del juez (1 Sam. 2:12; 8:1). Por supuesto, más tarde nace la corte real y sirve también como modelo de sabiduría para los jóvenes, seguramente formándose una escuela organizada en tiempos de Salomón aunque falta toda la evidencia que uno desearía. Por fin, no se pueden ignorar los grandes modelos de la sabiduría que estaban presentes en la tradición hebrea. El espíritu de sabiduría estaba sobre José, Moisés y Josué entre otros (Gén. 41:38; Núm. 11:24 ss.; Deut. 34:9). Siempre la sabiduría hebrea se relaciona con la presencia y el espíritu de Jehová.


LA INTEGRACION DE LO SAGRADO Y LO PRACTICO

Estas fuentes ya mencionadas forman el trasfondo local de Salomón. La tesis que espera lograr separar lo religioso de lo práctico en los Proverbios no ha admitido la influencia pasada sobre el tema de la sabiduría. La integración de los conceptos teológicos es muy natural en el libro de Proverbios, y no son agregados como algunos han sugerido (ver von Rad, 75–98). Por lo tanto, no se debe sobreestimar el valor de la literatura sapiencial extrabíblica y subestimar la contribución hebrea al Cercano Oriente en este campo. Son eliminados los elementos mágicos y fatalistas, los que buscaban el “destino”. Se enfoca la importancia de la decisión ética y la conducta apropiada ante Dios. Así, se puede decir que el destino del hombre no está en los astros sino en su propia forma de conducirse en la vida cotidiana. Por fin, Jeremías nombra al sabio junto al sacerdote y al profeta (18:18). Es importante comparar algunos pasajes en Isaías y en Jeremías (Isa. 19:11, 12; 29:14, 15; Jer. 49:7; 50:35; 51:57).


LA ESCRITURA SAPIENCIAL EN EL ANTIGUO TESTAMENTO

Hay varios pasajes fuera del libro de Proverbios que utilizan el espíritu sapiencial. Otros libros enteros son Job, Eclesiastés y Cantar de Cantares. Los Salmos 1, 37, 49, 73, 112, 127, 128 y 133 son sapienciales.


LA LITERATURA Y EL AMBIENTE EN EL CERCANO ORIENTE COMO UNA FUENTE ADICIONAL PARA EL MOVIMIENTO SAPIENCIAL EN ISRAEL

Una fuente adicional para la sabiduría hebrea es la influencia mutua entre Israel y los vecinos, especialmente Egipto, Mesopotamia, Moab, Amnón, etc. En Proverbios se citan dos extranjeros, quizá primos a través de Ismael: Agur ben Jaqué (30:1) y Lemuel ben “su madre” (31:1), ambos de Masá (Arabia). Además de los autores explícitamente mencionados en el texto, hay algunos indicios del uso de ciertos materiales extrabíblicos en la construcción de ciertos dichos. Tal es el caso de 22:17–23:14, donde se ha reconocido una relación con un escrito egipcio descubierto en 1923–24 y que se ha traducido. Su fecha es alrededor de 1.200 a. de J.C. Los cuatro papiros y nueve ostraka o tablillas exhumadas nos relatan las “Instrucciones de Amen-em-ope” a su hijo. Están divididos en treinta capítulos, llamados “casas”. Estas “Instrucciones de Amen-em-ope” nos entregan un paralelo muy útil para comprender los valores del mundo que rodeaba a Israel. El texto de Proverbios, sin embargo, muestra una clara transformación del texto extranjero y una incorporación de algunos elementos propios a su fe y práctica. Otros escritos extrabíblicos tocan temas del campo sapiencial, como el problema del sufrimiento (Los lamentos del pobre campesino, Diálogo del desesperado con su alma, Llamada de auxilio de un hombre maduro a su dios, La queja de Inannakam, Justo doliente, Diálogo sobre la miseria humana, etc., ver Cazelles, 636–46), como el concepto de la virtud (La instrucción de Ani, Instrucción de Ptah-hotep, Los consejos de Sabiduría, etc., ver Brown, 396–404) y como el valor de vivir en un ambiente pesimista (Disputa sobre el suicidio, Diálogo del pesimismo, etc., ver Brown, 398–404). Son muchísimos los textos todavía no traducidos y aún más los que no han sido encontrados. La sabiduría hebrea, por tanto, se ubica dentro del contexto más universal sin perder de vista el dador de la sabiduría, Jehová, y la contribución única de Israel.


LA INFLUENCIA DEL MOVIMIENTO SAPIENCIAL EN EL NUEVO TESTAMENTO

El NT en general muestra la influencia sapiencial del mundo antiguo. En el Sermón del monte, Jesús llega a ser una especie de nuevo dador de la ley (Mat. 5–7). Por lo tanto, el impacto más obvio está en el campo de la ética. Un segundo pasaje que refleja una influencia sapiencial se encuentra en 1 Corintios 1–2, que revela una marcada apreciación del concepto sapiencial. Citando Isaías 29:14, el autor de 1 Corintios declara que Dios va a destruir la sabiduría de los sabios... (1 Cor. 1:19); además, echa un reto consultando: ¿Dónde esta el sabio? (1 Cor. 1:20). Por fin, el pasaje declara que Cristo es la sabiduría de Dios (1 Cor. 1:24), que el creyente recibe la sabiduría mediante su espíritu (1 Cor. 2:6 ss.) y que la sabiduría humana se muestra incompetente en las cosas más profundas de Dios (1 Cor. 2:8, 13 s.). Santiago también habla de la sabiduría en 3:13–18 llegando a mostrar los frutos de la verdadera sabiduría. Por fin, cabe destacar los dichos de 1 Corintios 1:25, 27: Porque lo necio de Dios es más sabio que los hombres y Dios ha elegido lo necio del mundo para avergonzar a los sabios. Estos son algunos pasajes que hablan de la sabiduría en el NT. Se puede ver la influencia obvia del libro de Proverbios y el movimiento sapiencial en Israel.

La búsqueda de la sabiduría se remonta a la antigüedad, cuando el hombre buscaba identificar las cosas en el mundo, entender la forma en que funcionaban las plantas o los animales, y cómo el hombre podría tener alguna ventaja cuando poseía esta información. Tal búsqueda es, a la vez, universal con el nacimiento de cada niño que sale en búsqueda de descubrir y de conquistar el mundo a su alrededor. En esta búsqueda, el niño se autodescubre y conoce sus capacidades y sus limitaciones. Por eso, la sabiduría no puede limitarse a un solo pueblo ni a un solo tiempo; es un movimiento universal y tremendamente personal; es la historia de cada ser humano. Ahora vienen las preguntas sobre cómo descubrir el mundo, su orden, etc., y organizar esta información para el provecho del ser humano. ¿Hay un orden meramente físico, o es a la vez moral? ¿Cuáles son las normas de este orden? La respuesta del libro de los Proverbios afirma el orden moral del universo, como siendo creado por Dios e invita al individuo a descubrir el corazón divino como se expresa en la conducta humana. El libro busca introducir al joven a la vida moral a través de los modismos y las minihistorias que se pintan en los modismos.

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