Información General de Zacarías

INTRODUCCIÓN

Un acercamiento al libro del profeta Zacarías resulta apasionante, porque el autor tiene la cualidad de combinar el uso del lenguaje apocalíptico y el profético.

El libro del profeta Zacarías es uno de los libros del AT que tuvo una influencia notable en los escritores del NT. Notamos su influencia en las profecías mesiánicas que tuvieron su fiel cumplimiento en la vida de nuestro Señor Jesucristo.

Es lamentable que no se oye predicar mucho sobre Zacarías, a quien Martín Lutero calificó como la quintaescencia de la profecía, por la cantidad y la calidad de las profecías que contiene, por la actualidad de su mensaje de llamamiento a volverse a Dios, por su enfoque apocalíptico y su profecía que va más allá de la época en que le tocó vivir.

El libro tiene claramente dos divisiones. La primera parte la constituyen los caps. 1–8, y una segunda parte los caps. 9–14; esta última parte, a su vez, se halla dividida en dos: 9–11 y 12–14, cada una de ellas encabezada por el título “Profecía”. El enfoque y el estilo de estas dos secciones son tan distintos, que algunos comentaristas han propuesto la existencia de más de un autor. Esta polémica no afecta en mayor grado la interpretación del libro, y mucho menos su mensaje. Nosotros preferimos mantener el criterio que el libro tuvo un solo autor, aunque no se pueden ignorar los problemas serios que existen en el estilo que a veces es bastante confuso en la segunda parte. No hay ninguna evidencia de manuscritos que presenten las dos secciones separadas. El libro siempre fue tratado como una unidad. 

El libro está presentado en una estructura de quiasmo, en donde lo más importante para hacer sobresalir, según esta estructura, es la parte central.

Los caps. 1–8 los escribió en la primera parte de su ministerio para animar al pueblo a continuar la reconstrucción del templo. Los cimientos estaban puestos, la obra estaba suspendida por el desánimo que imperaba en el pueblo. La segunda parte debe haber sido escrita al final de su ministerio; su objetivo fue más bien el de asegurarle al pueblo que Dios reinaría, y que cumpliría sus promesas aun cuando las circunstancias no fueran las mejores. Esta segunda parte se caracteriza por su mensaje orientado al futuro más que por un mensaje presente, pero esto sin duda dio esperanza al pueblo.

En la primera parte de su ministerio, Zacarías comparte con Hageo la tarea de animar al pueblo a reconstruir el templo de Dios que fue destruido por los babilonios, quienes invadieron la ciudad de Jerusalén en el año 587 a. de J.C. Luego de sufrir un exilio por 70 años aproximadamente, los judíos, ahora, han regresado a sus casas. Según Hageo 1:4, construyeron bonitas casas enmaderadas pero se olvidaron de reconstruir el templo de Dios. Se debe recordar que fue el rey Salomón el primero en edificar un templo para Dios; un templo con gran esplendor, que llegó a sustituir al tabernáculo instituido desde la salida de Egipto.

Las razones por las que el pueblo no había mostrado mucho interés en esta obra podrían ser variadas, aunque hay dos que resaltan como los obstáculos más serios. La primera podría haber sido un obstáculo interno, caracterizado por un decaimiento espiritual. El cautiverio ha de haber provocado en los judíos cierta frialdad espiritual al ver en Babilonia tanta idolatría, en cambio ellos seguían al Dios vivo, pero el templo estaba en una situación precaria. El otro obstáculo era externo: los pueblos vecinos de los judíos, mayormente los samaritanos, conspiraron contra la construcción del templo, como nos relata el cap. 4 de Esdras.

El autor del libro es Zacarías, hijo de Berequías, hijo de Ido. Ido, el abuelo de Zacarías, es mencionado como uno de los jefes de los sacerdotes que regresaron a Jerusalén en tiempos de Zorobabel y de Jesúa (Neh. 12:1–7). Zacarías es mencionado también en el libro de Esdras, en el que aparece como hijo de Ido. Probablemente Berequías, su padre, haya muerto cuando Zacarías era un muchacho, y éste haya sido criado bajo la protección del abuelo. Es posible que ésta sea la razón por la que aparece en varias referencias como hijo de Ido.

El ministerio profético de Zacarías comenzó cuando era muy joven. Por ser nieto de Ido, lo más probable es que haya sido sacerdote, y ésta podría ser la razón de su gran interés por la reconstrucción del templo.

El nombre “Zacarías” quiere decir “Jehová recuerda”, y es un nombre común en el AT. Probablemente sus padres le asignaron este nombre con la esperanza de volver a su tierra, de ver la reconstrucción de Jerusalén y del templo como un acto portentoso de Jehová, recordando el pacto que había establecido con su pueblo.

Con la fecha del libro no tenemos ningún problema; el profeta comienza su ministerio en octubre noviembre del año 520 a. de J.C., 18 años después del regreso del primer grupo de exiliados de Babilonia, y continúa hasta diciembre del año 518 a. de J.C. Esto puede haber constituido la primera parte de su ministerio, animando al pueblo para concluir la construcción del templo. La segunda parte de su ministerio contenido en los caps. 9–14, puede haber sido ejercida en los últimos años de su vida, y que él haya muerto ya muy anciano.


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