La fiel obediencia a la voluntad y la Palabra de Dios resulta en bendiciones. Abandonar al Señor conduce a juicio y castigo. Estos son los principales temas de los libros de Crónicas. Estos libros demuestran cómo los hechos de la historia se aplican a la vida personal; en ellos se usa la historia para edificar a los lectores, para exhortarlos a vivir rectamente y para explicar cómo los eventos del pasado tienen significación para el presente. 1 y 2 Crónicas se escriben desde la perspectiva de un sacerdote judío, mientras que 1 y 2 Samuel y 1 y 2 Reyes son escritos desde la perspectiva de un profeta.
1 Crónicas es un relato de la vida de David. En este libro se aprecia una perspectiva diferente de la que da 2 Samuel, que es el otro registro bíblico acerca de David; pero no hay contradicción alguna entre los dos. A diferencia de 2 Samuel, 1 Crónicas enfatiza las contribuciones que David hizo a la adoración de Dios en Israel. No habla acerca de lo que ya se acentuó en Samuel, tal como su pecado.
1 Crónicas no menciona a su autor, pero pudo haber sido Esdras porque el escritor está familiarizado con la moneda persa conocida como dárico (29:7; Esd 8:27). El cronista usa varias fuentes para la composición de sus libros. El tuvo acceso a los libros de Samuel y Reyes. Pero 1 Crónicas cita otras obras también, inclusive material profético. Registros archivados, tal como las genealogías, le fueron de utilidad (1:1-9:44). Las Crónicas del rey David (27:24), del vidente Samuel, del profeta Natán y del vidente Gad (29:29), tal vez hayan sido fuentes útiles de información usadas bajo la inspiración del Espíritu Santo (2 Ti 3:16).
Después de una lista de genealogías individuales y tribales (1:1-9:44) y de unos pocos vers. acerca de la muerte de Saúl (10:1-14), 1 Crónicas se enfoca enteramente en el rey David (11:1-29:30). La narrativa del trágico fin de Saúl debiera compararse con lo escrito por Samuel (2 S 1:1-27). Las proezas del rey David (que cada día eran más y más) y las de sus hombres cuando él comienza su reinado, son mencionadas con todo detalle (11:1-12:40). La historia de la reubicación del arca del pacto (13:1-15:29) con su correspondiente movilización del pueblo para adorar allí (16:1-43), son descritos. La soberana provisión de Dios para la familia del rey y la nación, es enumerada (17:1-20:8). La humildad de David al confesar su pecado es una muestra ejemplar para todos (21:1-30). Los preparativos para la construcción del templo, son revisados (22:1-29:25), con énfasis especial en los participantes que estarían involucrados. El libro concluye con un resumen muy positivo de los cuarenta años del reinado de David sobre Israel (29:26-30).
La reafirmación del pacto de Dios con David (17:1-15) es uno de los pasajes más conmovedores en 1 Crónicas, a la vez que es un recordatorio para todo el que pone su fe en Cristo, que las promesas eternas de Dios no son nulificadas por los defectos del hombre (Ro 4:21; 2 Co 1:20). El Hijo mayor que David, Jesús el Mesías (Mt 1:1), es en quien en definitiva se cumple este pacto. A causa de la fidelidad de Dios en sus promesas a David, todos los creyentes son beneficiarios de su salvación.
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