El libro de Deuteronomio es una conclusión apropiada de la “quinta parte de la ley.” El nombre del libro en la Biblia hebrea es “Estas son las palabras,” a veces reducido a “Las palabras.” De acuerdo a la costumbre hebrea, el nombre se toma de las primeras palabras del libro. El título en español es la traducción directa del griego: “Deuteronomio”, que significa “Segunda ley” o, más apropiadamente, “Repetición de la ley.” Era necesario que la ley se repitiera por las cuatro razones siguientes:
1) Había una nueva generación de israelitas.
2) Israel iba a afrontar condiciones de vida enteramente nuevas: de ser un pueblo nómada a uno sedentario.
3) Estarían en medio de mucha influencia idólatra.
4) La ley tenía que repetirse para asegurarle a Israel que el pacto todavía era válido para ellos. Así que “Repetición de la ley” es un nombre apropiado. Aun los hebreos lo titularon “Mishnah Torah” (Repetición de la ley) en las notas masoréticas.
Gran parte del libro de Deuteronomio son sermones. Contiene tres discursos principales por Moisés, que él dirigió a Israel en las llanuras de Moab durante su breve permanencia allí. Esto sucedió entre el peregrinaje en el desierto y la conquista de la tierra, cerca del año 1405 a.C.
El primer sermón (1:1-4:43) es una revisión instructiva del pasado de Israel, donde Moisés insta al pueblo a ser fiel al Señor y a evitar la idolatría.
El segundo sermón (4:44-26:19) es una aplicación de la ley a Israel, o sea, en el presente. En este sermón, que es el más largo del libro, Moisés resume las leyes y los estatutos civiles, morales y religiosos. El exhorta al pueblo a la santidad.
El tercer sermón (27:1-31:30) se relaciona al futuro, y varía de un tono alentador a uno amenazante. Considera las promesas hechas por Dios a Israel. Moisés suplica al pueblo a recibir las bendiciones de la obediencia y a evitar las maldiciones de la desobediencia.
Después de los tres sermones se encuentran tres secciones breves:
1) El canto de Moisés (32:1-43), que celebra la responsabilidad de Israel al pacto
2) La bendición de Moisés (32:44-33:29), donde él como el líder que pronto partirá de entre ellos, los bendice
3) Un relato de la muerte y sepultura de Moisés (34:1-12).
Deuteronomio 6:4-9 es un pasaje especialmente importante que aún continúa recitándose en los hogares judíos de la actualidad. Es conocido como el Shema (heb. para Escucha, la primera palabra de 6:4), y recuerda a los oyentes de las responsabilidades básicas del hogar, donde deberían enseñarse las Escrituras.
Deuteronomio era muy apreciado por Jesús. Cuando El fue tentado tres veces por Satanás en el desierto; cada vez respondió con citas de Deuteronomio (cp. Dt 8:3 con Mt 4:4; Dt 6:16 con Mt 4:7; Dt 6:13 y 10:20 con Mt 4:10). Cuando se le preguntó cuál era el más grande mandamiento, Jesús contestó citando Deuteronomio 6:5 (Mt 22:36-38).
Deuteronomio implica más que la repetición de la ley de Dios a una nueva generación, ya que las verdades contenidas en el libro son aplicables a la vida diaria del pueblo en su nueva tierra. Tener la Palabra de Dios no es un fin en sí mismo. Es importante amar a Dios y obedecerle de corazón.
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