Panorama de Eclesiastés

Cada persona busca la realización en su vida, ¿pero dónde se encuentra? ¿Está en la riqueza material, en los placeres, en la sabiduría humana? Salomón ponderó en estas cosas y otras más, pero no obtuvo satisfacción plena en ellos. El describe su búsqueda en el libro de Eclesiastés, y concluye que todo esto lleva a la inutilidad (6:12). Para encontrar el significado de la vida se debe ir más allá de estas posibilidades. La verdadera y permanente satisfacción sólo puede encontrarse en una relación personal con Dios.

Para entender este libro es esencial saber el significado de dos expresiones hebreas: vanidad de vanidades y bajo el sol. Vanidad ocurre 37 veces e indica la inútil, huidiza y misteriosa naturaleza de la vida. Bajo el sol ocurre 29 veces e indica una perspectiva secular de la vida. Estas dos expresiones son indicios de que el escritor, Salomón el Predicador, no está describiendo el mundo en sus propios términos como el rey a quien Dios había escogido, sino desde la perspectiva de una persona increíblemente exitosa, pero secular, que considera el mundo independientemente de Dios, y concluye que no hay esperanza. En última instancia, la respuesta a la desesperación se encuentra en 12:13: teme a Dios y guarda sus mandamientos.

Dios inspiró al hombre a quien había dotado con más sabiduría (1 R 4:29-34) para escribir el libro de Eclesiastés (1:1, 12). Salomón escribió para la juventud (11:9) y para su hijo en particular (12:12); pero lo que él escribió es útil para todos. Prácticamente Salomón tenía recursos ilimitados para procurar la respuesta a la pregunta, ¿Qué provecho tiene el hombre en toda su obra? (1:3; 2:24; 3:9). Para descubrir la respuesta, él investigó por muchos medios de la vida: la sabiduría, el placer, la riqueza, e incluso la experiencia religiosa. Después de sus intentos para descubrir “la buena vida,” llegó a la sorprendente conclusión de que: No hay nada mejor para un hombre que comer y beber y decirse que su trabajo es bueno(2:24). Salomón da muchas exhortaciones sensibles en Eclesiastés, instando a los lectores a tratar de vivir una vida buena. Sin embargo, el razonamiento de bajo el sol lleva a la conclusión de que el gozo, la sabiduría y la moralidad conducen al mismo fin: la muerte le toca a todos por igual y es el fin de todo.

¿Puede tal libro haber sido inspirado por Dios? ¡Por supuesto que sí! Todas las palabras de este libro, como las de los otros libros bíblicos, fueron inspiradas por Dios. Da el mejor ejemplo del razonamiento bajo el sol y en forma conclusiva ilustra que es esencial una revelación especial de Dios para poder contestar las preguntas que Eclesiastés hace.

El nombre del libro significa “predicador” o “el que llama a asamblea.” El libro de Eclesiastés se lee en la fiesta anual judía de los Tabernáculos. Salomón escribió tres libros del Antiguo Testamento. Probablemente haya escrito el Cantar de los Cantares durante su juventud, los Proverbios en su madurez y Eclesiastés en su vejez, cerca del tiempo de su muerte en el año 931 a.C. 

El libro de Eclesiastés motiva al lector a buscar las respuestas de Dios a los problemas de la vida, y no conformarse con el razonamiento de bajo el sol como un medio de llegar a soluciones absolutas. En última instancia, la respuesta al significado de la vida está en obedecer a Dios y gozar de su compañerismo.

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