Jeremías, cuyo nombre significa “el Señor levanta,” es el profeta del Nuevo Pacto (30:1-33:25). En el tiempo de Dios este pacto se cumplirá a favor de Israel. Será escrito en el corazón(31:33), a veces considerada la parte donde la persona toma las decisiones. Jeremías, el escritor del libro (1:1), durante su ministerio con frecuencia hizo un contraste entre el glorioso futuro de Israel y su desobediencia a Dios. A través de asuntos y ocurrencias de la vida diaria, Dios hacía que Jeremías viera significados simbólicos. El vio los planes de Dios para la nación en el florecer de un almendro (1:11-12), en una olla hirviente (1:13-16), en un alfarero a su rueda (18:1-4) y en una cisterna (38:6-13). El impacto de muchos de sus sermones fue aumentando por el uso de demostraciones objetivas, tal como ponerse un cinturón arruinado (13:1-11), el romper vasijas (19:10-11) y el uso de un yugo (27:1-22). En su “sermón del templo”(7:1-8:3 y 26:1-24), Jeremías indicó que la fe sólo debe ponerse en Dios y no en objetos externos, ni siquiera en el templo mismo.
De los profetas del Antiguo Testamento, Jeremías es quien da más detalles personales. El comparte sus pensamientos y emociones profundas. Al comienzo del libro dice que es de los sacerdotes(1:1). Siendo sacerdote, amaba a Jerusalén y al templo, y si se perdieran, sería una doble tragedia para él. Frecuentemente Jeremías fue perseguido por las instituciones oficiales de Jerusalén, e incluso por su propia familia. En medio de todas estas dificultades Jeremías estaba consciente de la protección y guía de Dios.
Jeremías vivió durante un tiempo de realineamiento del poder mundial; en su tiempo cayó el imperio de Asiria, Egipto dejó de ser un gran poder y Babilonia ascendió como imperio. Durante su ministerio los reyes de Judá frecuentemente confiaron en negociaciones y acuerdos internacionales en lugar de en Dios. Al comienzo, Jeremías aprobó las reformas religiosas del rey Josías, pero pronto llegó a ser aparente que a pesar del avivamiento exterior el pueblo experimentó muy poco cambio espiritual.
Los capítulos 1-25 de Jeremías contienen sus primeras profecías contra Judá; del 26-45 son biográficos. Los capítulos 46-51 son oráculos contra los gentiles; el 52 proporciona información adicional (cp. 2 R 24:18-25:30) donde se nota el momento histórico de Jeremías. La siguiente gráfica presenta unos reyes y la fecha de sus mandatos.
El libro de Jeremías es citado con frecuencia en el Nuevo Testamento (cp. 31:15 con Mt 2:17; 7:11; cp. 31:31-34 con Mt 21:13; Mr 11:17; Lc 19:46; Ro 11:27; He 8:8-13). Jeremías advierte que el pecado trae juicio. El es conocido como el “profeta llorón.”
Las calamidades que él fue inspirado a predecir quebrantaban su propio corazón. En medio de la penumbra, sin embargo, hay rayos de esperanza (32:17, 27; 33:3).
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