Panorama de Joel

 Joel presenta una descripción tenebrosa de la plaga de langostas (1:1-15) y de una sequía (1:16-20) de proporción catastrófica. Las langostas que Joel vio invadiendo la tierra para devorar la vegetación, le proporciona la plataforma para sus mensajes con respecto al juicio de Dios y la necesidad de arrepentimiento, de oración y ayuno. La frase el Día del Señor(1:15; 2:1, 11, 31; 3:14), mencionada 19 veces por ocho escritores del Antiguo Testamento, no se refiere a un período específico de tiempo sino a la venida del juicio del Señor, ya sea de inmediato (Ez 13:5) o en un futuro lejano (2:30-32).

El nombre de Joel significa “el Señor es Dios”(1:1; Hch 2:16-21). Joel era hijo de Petuel y probablemente nació en Jerusalén. Joel estaba bien relacionado con el templo y a menudo hizo referencia a él. Su estilo es gráfico, suave y fluido. El escribe a los habitantes de la tierra de Judá (1:2; 3:1, 16-17, 21), con instrucciones especiales para los ancianos (1:2), los labradores, los viñadores (1:11) y los sacerdotes (1:13).

La profecía le fue revelada durante el reinado de Joás en Judá, cuando el rey era un niño y el sacerdote Joiada era su regente, cerca del año 830 a.C. Los enemigos mencionados son Tiro y Sidón al norte (3:4), Filistea al oeste (3:4) y Edom y Egipto al sur (3:19). Ciertas porciones de los escritos de otros profetas anteriores muestran similitud con algunos de sus escritos. Amós 1:2 y 9:13 son semejantes a Joel 3:16 y 18 e Isaías 13:6 es muy parecido a Joel 1:15.

Pues todo lo que el hombre siembre, eso también segará (Gá. 6:7) es un principio espiritual eterno. Joel, un libro que habla de desastre y liberación, ilustra esta verdad. Lo que el futuro tenga para una persona depende de su relación con el Señor. El tiempo malgastado sembrando para la carne y segando corrupción, puede ser redimido sembrando para el Espíritu y cosechando para la vida eterna (2:25-26; Gá 6:8). Cuando alguien confía en Jesucristo como Salvador, la gracia de Dios lo liberta de la condenación y juicio (Jn 5:24; Ro 8:1-2).

La súplica que Joel hizo en su tiempo es un llamado a la actual generación a que responda al Señor. Aun ahora, declara el Señor, volved a mí de todo corazón, con ayuno, llanto y lamento. Rasgad vuestro corazón y no vuestros vestidos; volved ahora al Señor vuestro Dios, porque El es compasivo y clemente, lento para la ira, abundante en misericordia, y se arrepiente de infligir el mal(2:12-13). 

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