Panorama de la Epístola 2 Pedro

La primera carta de Pedro fue un estímulo para los creyentes que sufrían, pero esta carta es una advertencia a los cristianos que son bombardeados con falsos conocimientos en contraste con la verdad (1:3; 2:1). Pedro enfoca más el carácter de los maestros que el contenido de su mensaje. Ellos son descritos como falsos (2:1; cp. Gá 2:4) y dados a fábulas (1:16; cp. 1 Ti. 1:4; 4:7). Según Pedro, los maestros falsos prometen libertad velada (2:19; cp. 1 Co 10:29; Gá 5:13) y son motivados por una sed de ganancia personal (2:3; cp. 1 Ti 6:5; Tit 1:11). La creciente persecución de los creyentes (v. Vista Panorámica de 1 Pedro) da oportunidad para que los impostores promuevan el placer sensual y otras formas de indulgencia excesiva en los inestables (2:2, 13-14). Pedro escribe a causa de su preocupación por esta creciente amenaza contra la pureza de la fe. Su antídoto para la enseñanza falsa es el pleno y verdadero conocimiento de la verdad. La palabra “saber”, en varias formas, ocurre dieciséis veces en la carta.

Pedro la escribió cerca de dos años después que la anterior, pero antes que la de Judas fuera escrita (3:1-3; Judas 1:17-18). Puesto que Pedro fue martirizado por su fe el año 67 o 68 d.C., la fecha de escritura de 2 Pedro probablemente fue a finales del 66 o a principios del 67 d.C. El llama a los recipientes de esta carta: los que han recibido una fe como la nuestra(1:1), lo que describiría exactamente a los destinatarios de su primera carta. Pero tal vez él tuvo en mente también a un grupo más amplio de iglesias. Ni el secretario ni el portador se identifican (cp. 1 P 5:12), como tampoco el lugar desde donde se escribió (cp. 1 P 5:13).

De acuerdo con su tema, el apóstol comienza revisando la herencia espiritual de todos los creyentes, lo que él llama el verdadero conocimiento (1:3-21). Las realidades divinas de la fe cristiana son realzadas para instrucción de todos los lectores. Reconocer la presencia de maestros falsos como un peligro espiritual es el próximo tema en esta carta. Pedro describe en una manera muy franca la llegada de ellos (2:1-3), su destino (2:4-10a), agenda (2:10b-16), arrogancia (2:17-19) y apostasía (2:20-22). La carta concluye con la reafirmación de la esperanza espiritual anunciada por los profetas (3:1-2) y garantizada por promesas (3:3-7). Los creyentes son instados a entender la paciencia de Dios al demorar el juicio (3:8-10) y a anticipar la purificación de todas las cosas (3:11-13), para que continuamente tengan en cuenta las amonestaciones dadas en vista del regreso de Cristo (3:14-18).

Pedro desea que todos sus lectores continúen creciendo en la gracia y el conocimiento del Señor Jesucristo. Y es con este desafío que él comienza y concluye su carta (1:2; 3:18). Tal crecimiento es una meta que también es vital para el cristiano actual.

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